Estimados hermanos en Cristo:
Está más que demostrado que muchas cosas muy pequeñas como los virus —tan diminutos que no es posible verlos con instrumentos ópticos comunes— pueden producir importantes males que van, desde trastornos a la salud con resultado de muerte, hasta verdaderos terremotos en la economía mundial.
Lo anterior me hace pensar en ¿cuántas «licencias» que consideramos pequeñas, las cuales suelen ser recurrentes en nuestro día a día, traban nuestro crecimiento espiritual? Los llamados pecados «pequeños» (o «pecaditos»), la malicia, las palabras ociosas, los pensamientos torcidos que nadie ve (salvo Dios) y así muchas cosas que consideramos insignificantes, pero que hacen un mal de grandes magnitudes. Son esas pequeñeces, en apariencia inofensivas, las que, normalmente terminan condicionando nuestra vida espiritual y, con ello, toda nuestra vida, la de la familia y aún la de la iglesia a la cual pertenecemos.
Cuán importante es administrar nuestra vida, no solo en lo que consideramos «grande», sino también en lo que consideramos muy pequeño. Al respecto, en Eclesiastés leemos esta breve reflexión: «Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable.» (Eclesiastés 10: 1). No permitamos que esas pequeñas moscas caigan en nuestra vida, contaminando la suave fragancia que debemos emitir para gloria del Señor.
Sergio Oschilewski Malinowski Pastor Iglesia Bíblica Las Condes
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